Como de muchos es sabido, Madrid tiene como patrón a san Isidro labrador, cuya fiesta se celebra el 15 de mayo. Y para festejarlo, ¿qué mejor que marcarse un chotis en las Vistillas? Con un organillo de fondo, por supuesto.

Está claro que a Madrid le gustan las paradojas. Pues tan paradójico es tener a un labrador como patrón, no siendo precisamente un lugar muy rural, como que el chotis sea considerado el baile castizo por excelencia y el organillo el instrumento madrileño más tradicional.

Porque parece que ni el chotis se inventóen Madrid ni el tocarlo con organillo se le ocurrió a un madrileño. Por no hablar del mantón de Manila, prenda indispensable para una chulapa que se precie.

San Isidro Labrador

El chotis llegó a Madrid en 1850 y se bailó por primera vez en una fiesta que dio en palacio la reina Isabel II –a quien por cierto el historiador José Luis Comellas describe como “castiza y plena de majeza”– la noche del 3 de noviembre de dicho año, para celebrar la solemne apertura de las Cortes, que había tenido lugar ese mismo día, todavía sin sus famosos leones, que serían fundidos con el bronce de los cañones capturados a las tropas del actual Marruecos en la guerra de 1859.

Nuestro chotis se llamaba entonces “polca alemana”, al ser originario de Bohemia. Era una danza centroeuropea llamada “schottisch”, pues se le atribuía origen escocés. En un principio se trataba de una danza campesina, que alcanzó gran fama hacia 1847 en Alemania, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos antes de llegar a España. En Madrid, después de la fiesta en Palacio, se puso de moda entre los que frecuentaban la Corte, hasta que empezó a bailarlo el pueblo, que desde entonces no ha dejado de hacerlo.

En cuanto al organillo, con el que se acompañan los chotis, es un instrumento musical inventado a principios del siglo XIX en Inglaterra. Al no necesitar conocimientos musicales para tocarlo, su uso se extendió en los bailes populares. Según el periodista José Ayala, fue un inmigrante siciliano, Antonio Apruzzese, el primero en traerlo a Madrid, después de una estancia en Viena, donde aprendió los secretos de lo que allí llamaban “pianolas”.

Organillo

Se dice que en un chotis bien  bailado, el hombre gira en torno a su pareja sobre la superficie de una baldosa. Ahí es nada.

Escudo de MadridCelebremos pues a nuestro patrón, aquel santo labrador, bailando la famosa danza de Bohemia, al son del instrumento nacido en Gran Bretaña y traído a los madriles por un siciliano. Que no se diga que en Madrid no somos originales.

Y es que los madrileños somos así de chulos.

Marta Sanz

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