“¿Vd. desciende del mono por parte de padre o de madre?”, preguntó el arzobispo de Westminster a Darwin en su famosa controversia pública. Se dice que una especie no puede descender de una sola pareja, y a pesar de ello el estudio del ADN mitocondrial ha revelado que los 1.000 millones de hombres blancos descienden de sólo 7 mujeres que vivieron en el Paleolítico en España, Francia, Inglaterra, Italia, Turquía, Croacia y Ucrania. Y todos los lemming enanos que se venden en Europa proceden de una sola pareja que llegó de Siria en 1925.

Somos una gran familia, y las familias reales, cuyo origen está documentado, son la muestra palmaria de ello. Sus tentáculos se extienden más allá de lo imaginable en el tiempo y en el espacio. El Rey de Bélgica y nuestro Rey de España son primos cercanos. Cuentan con innumerables ancestros comunes, como la reina Victoria de Inglaterra, fallecida en 1901.Pero sus antepasados más ilustres son sin duda los de la Casa de Borbón. Los Borbones baten récords, tanto en cuanto a endogamia, como a longevidad en el trono, dado que siempre han sido considerados la dinastía mas antigua e ilustre de Europa. En cuanto a la endogamia, si un europeo medio cuenta con 1024 antepasados diferentes en la décima generación (todo europeo tiene un millón de antepasados en el año 1000, cifra de la población de Europa en aquella época), el rey Alfonso XIII contaba con sólo 111, lo cual supone una inversión del 89,16%.

El rey Felipe de Bélgica es un Borbón, dado que la primera reina de Bélgica, su tatarabuela Luisa de Orleáns, era hija del último rey de Francia, Luis Felipe de Orleáns, fallecido en 1850 y descendiente de Luis XIII por parte de padre y de Luis XIV por parte de madre.

42 generaciones separan a ambos Felipes de los ancestros lejanos de los Borbones, los condes de Oberheingau y de Wormgau, que a su vez descendían de Lamberto de Neustria, cuyo hijo Roberto fue Canciller de Palacio de Clodoveo. Probablemente estaría presente cuando San Remigio, obispo de Reims, catequizaba a Clodoveo, que exclamó, al describirle las torturas a las que fue sometido Jesús en la Pasión: “!Ah, si hubiese podido estar allí con mis francos!”. Roberto asistió también al bautizo en el año 496, de Clodoveo y sus 3.000 francos.

A través de los Borbones, ambos Felipes cuentan entre sus ancestros a Isabel y Fernando, Rodrigo Díaz de Vivar, Don Pelayo y el rey Leovigildo, así como a San Luis, Carlomagno y Otón I. También descienden de Shaptur I, Shah de Persia hace 2.300 años. Shaptur tuvo una descendiente que casó con Guaram, de la dinastía georgiana de los Bagration. La célebre reina Thamar de Georgia, fallecida en 1212, era descendiente directa de Guaram, y antepasada de los Borbones.

Pero al antepasado más lejano los conduce al antiguo Egipto. Constancia de Arles era nuera de Hugo Capeto, que subió al trono de Francia en 987 y es antepasado directo de los Borbones, familia que ha dado 37 reyes a Francia a lo largo de 839 años. Constancia de Arles era tataranieta de Ana de Macedonia, bisnieta de Teodora, y desciende a través de ella de las antiguas dinastías reales de Armenia y de los reyes de Partia, de Media, del Epiro y de Siria.

Uno de estos reyes de Siria, Demeztrios III (146-125 a.C) era esposo de Cleopatra de Egipto, tía abuela de la famosa Cleopatra VII, amante de Julio César y esposa de Marco Antonio.

Demeztrios III nos conduce tanto a Hydarmes I, uno de los Siete Persas, como a Alejandro Magno o a Deiohes, príncipe medo que vivió en 715 a.C, contemporáneo de la fundación de Roma. Remontando más allá en las líneas familiares llegamos al gran Faraón Ramses II, que reinó en 1.260 a. C. Si nuestros dos Felipe visitan el Louvre, podrán contemplar a su famoso antepasado, de quien han heredado sus rubios cabellos, que aún luce la famosa momia.

En el fondo, no tenemos nada que envidiar a los japoneses, que llevan 2.600 años con la misma dinastía y cuyo primer Emperador era bisnieto de la diosa Amaterasu, que aún vive en un cofre y un espejo del Palacio Imperial de Kyoto. Tampoco en cuanto a sacralidad, pues los reyes merovingios, antepasados de Hugo Capeto por la línea materna, decían descender de un dios marino; y los carolingios, ancestros tambien de los Capeto por línea materna, descendían del rey David (fallecido en 971 a. C.), dado que Carlomán, hijo de Carlomagno, casó con Berta de Tolosa, nieta de Teodorico I de Autun, descendiente de Nathan I, Exilarca de Babilonia y descendiente del rey David.

Antes de la Batalla de las Pirámides, Bonaparte arengó a sus tropas bajo la Esfinge de Ghizeh: “Soldados de Francia, 40 siglos de historia os contemplan”. No podía imaginar que tanto su hijo Napoleon II, Habsburgo por su madre, como el hijo de su sobrino-nieto el príncipe Víctor Bonaparte (casado con Matilde de Bélgica), llevarían en sus venas la sangre del gran Faraón. Siendo niños, una mañana, su hermano José, futuro rey de España, le contó: “¿Sabes que esta noche he soñado que era rey ?”. Y el pequeño Napoleon se burló de él: “Pues yo he soñado que era Emperador”. Menos aún podían soñar que su familia iba a emparentar con la del rey David o la de Ramsés II.

Rafael Sanz Fernández

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